Al borde de que el sueño se termine

Quisiera poder volar, volar bien lejos. Lejos de vos, lejos de mi. De lo que fuimos, de lo que fuí, de lo que pensé que eras, de lo que realmente sos. Pero sobre todo, volar lejos de lo que somos, de lo que se que no somos y no volveremos a ser jamás, o quizás nunca fuimos.
Poder arrancar de mi el dulce escalofrio que me causaba tu mirada.
Poder sacar de mi piel el amargo recuerdo de tus caricias que se llevó el viento.
Poder no querer sentir tus labios rosando los mios.
Poder olvidar el contacto de nuestros cuerpos unidos, formando una sola estructura.
Poder ver que en realidad esa estructura nunca estuvo formada por amor, no de tu parte.
Poder volver el tiempo atras.
Poder no creer todo lo que me dijiste.
Poder no sentir lo que siento por vos.
Poder no pensar en vos, y en lo mal que me hiciste.
Poder no ver más tu rostro en mis sueños, ni desearlos como si estuviera sedienta de vos.
Poder borrar este sentimiento de abstinencia hacia vos que casi me mata.
Pero duele saber que por más de que consiga saciar esa sed de tenerte en mi, nunca vas a estar adentro, y esa adicción que me hace cegar me puede llegar a matar.
Poder eliminar las pesadillas en las que siento tu respiración y tu murmullo en mi oreja, tan cercanos, casi reales.
Poder entender que esto fue un mal camino, que vos fuiste un gran error. Que vos sos la peor parte de mi. Que yo nunca fui parte de vos. Que te encerras en querer no querer, en querer no creer. En querer solo sufrir. Y solo en eso nos parecemos. Sabiendo que es muy diferente.
Y ahora solo arruinas mi ser, me ahogaste en un mar sin fin. Y tu resplandor no me deja irme en paz. Sólo lográs hacerme desconfiar del mundo y hasta de mi. Me heriste mi alma y ya no tengo remedio.
Esta vida es un sueño y yo no quiero despertar.
Me estas llevando mar abajo, y cada vez más a la profundidad. Soñando con no despertar. Despierto y solo veo tus ojos queriendo poseer todo de mi. Pero no te das cuenta de que ya me poseiste. Y no me queda más nada. Me dejo hundir. Y el sueño me invade. Y al borde de que el sueño se termine, como pasa siempre. Me tomás de tus brazos, y no queres que te suelte. Y no quiero soltarte. Y te suelto, pero me forzas a que no pueda querer no querer soltarme, soltarme de vos, de una vez y para siempre. Pero esta vez, me dejaste durmiendo, me dejas caer. Pero el sueño es demasiado real. Y siento que no puede terminar.